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jueves, 25 de agosto de 2022

La importancia de los ambientes adecuados para el aprendizaje


Autor: Elizabeth Echavarría Patricio

"Para aprender se requiere ese estímulo inicial que resulte interesante y nuevo” (Mora, 2013, p.74).

El ser humano por naturaleza tiene curiosidad por descubrir y aprender a través de la experiencia, la cual se hace significativa cuando, siguiendo a Ausubel (2002), se tiene ese contacto directo con el entorno, experiencias y emociones se ven implicadas.

Hoy en día, en la sociedad de la información donde nos encontramos, es fácil acceder a la información como a través del internet. Sin embargo, no toda la información a la que accesamos es verídica y nos es útil y es por ello que la enseñanza necesita una guía. Esta información es mediada por los docentes y en las universidades se generan actividades que ayudan a desarrollar con estructura nuestros talentos y aprendemos cosas nuevas que encantan y que no sabíamos porque no lo habíamos experimentado. La escuela nos ayuda a saber “cómo crear” ya que a partir de la información creamos un conocimiento.


Pero lo que hace especial el aprendizaje es es ambiente que se generan en el aula y las situaciones de aprendizaje enriquecedoras que se disfrutan cuando se comparten materiales, se platica con los compañeros, se escucha de manera personalizada y se experimenta con materiales y técnicas sobre el proceso.

Algunos temas despertarán nuestra curiosidad, se construyen vínculos de amistad y aprendes a trabajar en equipo. La experiencia de aprender se hace más enriquecedora cuando te retroalimentas (feedback) con los docentes y tus demás compañeros pues aprendes a desarrollar procesos desde la metodología de construir algo, técnicas, sintetizas y combinas colores, materiales, formatos, dimensiones y materias porque notamos que algunas complementan otros conocimientos.


¿En qué me enriquece aprender en el aula?

Tus experiencias se desarrollan a través de actividades variadas y ricas en sus contenidos. Ellas te permiten observar tu contexto con una visión más enriquecida y te otorgan la flexibilidad de tener espacios habilitados para un mejor desempeño. En los espacios adecuados, tu capacidad de observación, percepción y análisis se afina conduciéndote a pensamientos más profundos y analíticos que fortalecen tu criterio; tu motivación se incrementa a partir de vivir experiencias reales que aprendes a resolver o proponer cosas que aportan al desarrollo de tus inteligencias múltiples (Gardner, 1995).



Entre algunos de los elementos afectivos que encontramos del aprendizaje en convivencia están:

1) Proporcionar opciones para captar el interés

2) Proporcionar opciones para mantener el esfuerzo y la persistencia en las meta

3) Proporcionar opciones para la autorregulación y adaptación de mejoras en los procesos de trabajo estimulados por la interacción


Gracias a ello es posible experimentar de una manera más sensorial la experiencia de aprender, nos divertimos en convivencia y, a veces, hasta nos enamoramos.

Los ambientes de aprendizaje nos ayudan a ver la diversidad creativa, a la comunicación, nos enriquecemos de los otros, analizamos y retroalimentamos cuando necesitamos realizar ajustes de mejora.


Y te preguntas, ¿para qué me puede servir convivir y trabajar interactuando con los demás? Porque además de que nos ayuda a generar vínculos amistosos y a explorar ideas, podemos aclarar en el proceso de construcción dudas, fomentar la colaboración, facilitar estrategias y habilidades para afrontar soluciones trabajando para lograr objetivos que a futuro nos servirán en el desarrollo de habilidades y capacidades en el desempeño profesional, educando nuestra capacidad de observar las necesidades del contexto.

No todos aprendemos igual y eso es lo que nos ayuda a enriquecernos de la experiencia de los otros y vivimos un proceso de “cómo aprender” encontrando diferentes opciones para realizar o lograr algo que nos proponemos realizar.


Referencias

Asubel, D. (2002). Adquisición y retención del conocimiento: una perspectiva cognitiva. Ediciones Paidós, Barcelona (España)

Gardner, H. (1995). Inteligencias Múltiples. La Teoría en la Práctica. Barcelona: Paidós.

Mora, F. (2013). Cinco Propuestas de la Neurociencia para mejorar tus clases. Barcelona. Universidad de Barcelona. DOI: http://5-propuestas-de-la-neurociencia-para-mejorar-tus-clases/.

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