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jueves, 8 de junio de 2023

Japón: hoy se construye el mañana


Autor: Joel Olivares Ruiz

Desde el punto de vista fenomenológico el observar un país de primer mundo oriental como Japón, tan distinto a los equivalentes occidentales, a pesar del nivel de desarrollo en arquitectura internacional y planificación urbana, resulta un modelo completamente distinto, muy diferente a nuestra imagen de ciudad europea o de la visión americana de priorizar las ciudades para el tránsito vehicular privado, a diferencia de los países asiáticos.

Es un modelo de reflexión, sobre todo con nuestra propuesta teórica: que el futuro está en el pasado, percepción que es el efecto de las propuestas que han tenido éxito a través de la historia. En el caso de Japón estamos ante una evolución entre la época medieval, la moderna y la contemporánea sin sufrir rupturas y contradicciones en una cultura tan definida como la de este país de Asía.


En el reciente viaje a este país, lo que nos ha llamado la atención, desde el diseño urbano, es el cómo Japón ha solucionado los problemas que a nosotros nos aquejan, con una población casi como la nuestra, de 125 millones de habitantes, y una capital, Tokio, con 24 millones, la ciudad más poblada del mundo y similar a la Ciudad de México en extensión, pero con un sistema conurbano donde se ligan las principales ciudades como Chiba, Yokohama y Kawasaki, bajo el modelo de ciudad lineal, es decir, siguiendo las líneas de transporte de tren eléctrico interurbano.

El urbanismo japonés lo podemos sintetizar en movilidad urbana, con sistemas de metro junto a los autobuses, tren eléctrico regional y de larga distancia con el llamado tren bala, a velocidad de 340 km/h., conforman una red de movilidad eficiente, planificada y programada con horarios escalonados para escuelas, comercios y oficinas. Con ello evitan las aglomeraciones en las horas de punta.

La inversión del Estado está primordialmente en el transporte público. Al estar regulado y planificado, no hay embotellamientos en las calles o avenidas, no hay contaminación en el aire, las ciudades son caminables y sobre todo no hay desperdicio en las calles, todas son estrechas y pavimentadas de asfalto.


Los niños desde primaria suelen usar el transporte público. Cuentan con un silbato que hacen sonar si alguien los molesta y los adultos a su alrededor van al rescate. Los padres los incitan a moverse solos porque adquieren autonomía y madurez, así evitan las aglomeraciones al llevar o traerles de las escuelas.

El desarrollo de la industria automotriz es de proporciones mínimas, el uso de la bicicleta con ciclovías en las aceras peatonales llenas de pequeños comercios, dan vida y satisfacen las demandas de las zonas habitables. Se nota el apoyo al pequeño comercio, pero también una regulación de precios. Hay zonas de calles techadas para transformarlas en mercados urbanos, de productos y de comida, funcionan como centros comerciales pero cada comercio es propietario de su predio.


El diseño desde la planificación de las ciudades como urbanismo, paisaje urbano y arquitectura está muy reglamentado, pero a la vez, en cuanto densidad y uso del suelo, lo que notamos que una ciudad como Tokio, está constituida, por múltiples ciudades independientes e interconectadas en sus servicios de usos mixtos, por ello no hay tanto desplazamientos como sucede en la Ciudad de México.

Un edificio que tuvimos la oportunidad de conocer es el edificio TOD´s de Toyo Ito, un claro exponente de la arquitectura contemporánea japonesa, respetuosa por el entorno. Toma como referencia sígnica los árboles de la avenida y el interior. Al tener un ancho de 10 metros y una altura de siete niveles, crea un volumen minimalista, donde desaparecen los niveles por fuera y la estructura por dentro. Es una experiencia conmovedora por la calidad de la obra con los vidrios a hueso con la estructura de concreto, el espacio se expande porque separa el edificio con las colindancias, logrando vista por los cuatro lados.

Como no se perciben columnas y a través estructurales, solo queda el techo flotando.

En arquitectura se sigue construyendo con madera y los techos de teja de cerámica tradicionales, es un lujo y un orgullo nacional. Lo que predomina es la visión de ahorro de la administración estatal en la planificación con el uso del suelo densificado, las cuadras son de 80 metros con una calle intermedia y los lotes de anchura de 4 metros mínimo por 20 de profundidad, pero con posibilidad de sub lotificarse en dos o tres partes al fondo; es decir, las construcciones son al máximo en densidad, con calles intermedias de apenas 4 metros sin banqueta y de asfalto. Esa es la cultura del ahorro. Lo más sorprendente es que no hay estacionamiento de coches en las calles, como en el centro histórico de Mérida en México. Una polémica restricción, pero que se resuelve en el sector privado con pequeños estacionamientos individuales o colectivos.


Se nota la visión de la planificación con enfoque social, pero comprendida desde su perspectiva más amplia e inclusiva hacia toda la sociedad con normas muy estrictas para todos, pero con soluciones estratégicas y eficientes, es la cultura del ahorro, pero sobre todo de la cultura, conviven las tradiciones antiguas con las contemporáneas, no solo con respeto sino con reconocimiento de los valores ancestrales, que son los que los definen como pueblo. Los derechos están supeditados a las obligaciones, esa es la madurez de una sociedad, no vivir del cuento ni con la esperanza del mañana, sino la construcción del mismo, progresivamente.

La administración pública, dedicada primordialmente a la eficiencia económica más que a la política como nicho de poder, sin prejuicios de derechas o de izquierdas, de progresistas o de conservadores, basa toda su labor en el estudio especializado de la economía, a través de la cultura del ahorro, nada de saltos al futuro hipotecando el presente, pero a la vez tienen proyectos de siglo XXI, como el tren bala , el tecnológicamente más desarrollado del mundo.


El sistema de justicia separado e implacable para elaborar leyes y para cumplirlas, el robo aunque sea de unas papas fritas se denuncia y se procesa con prontitud, además de la multa se pide que el infractor pida una disculpa al comerciante y retribución del daño, además el ofendido puede solicitar una actividad como barrer su tramo de calle, esto evita los procesos engorrosos del sistema judicial.

El sistema educativo está enfocado al desarrollo integral en valores como, honradez, colaboración y trabajo, pero adaptándose al siglo XXI. La educación está en manos de los educadores que van haciendo cambios progresivos desde la base, no desde la cúpula.


Hay un gran respeto a la propiedad y a la iniciativa privada en la creación de empresas, Desde pequeños negocios hasta los grandes consorcios son un orgullo nacional, con una regulación de precios extraordinaria, un producto como una botella de agua cuesta lo mismo en una máquina expendedora, en una tiendita de barrio, en un supermercado, en un centro comercial o en el aeropuerto. Todos los productos están empacados incluso en el mercado, la mayoría con papel de arroz y con una cultura del reciclaje. No hay botes de basura en las calles: te tienes que hacer cargo de tu basura hasta casa. Pero como lo vimos en Chiba, la ciudad modelo de Makuhari ganada al mar, los edificios tienen un sistema subterráneo neumático para recolectar basura ya separada, hasta una planta de reciclaje. Siempre impera en las soluciones el principio de economía.

Al igual que la vez anterior que visitamos Japón, había elecciones municipales de representantes por distrito, los partidos políticos promueven la participación de candidatos y la publicidad y campaña es austera, apenas algunos carteles en las estaciones del metro o anuncios en la tv, las elecciones populares son solo por distrito, el representante debe vivir ahí, y ser conocido, por ello hacen presentaciones en la calle, en los parques o centros comunitarios.


El sistema político se fundamenta en estos representantes de elección populares, una vez que ellos son elegidos, vienen las elecciones de diputados para las cámaras, son políticos profesionales de carrera y solo los eligen los representantes populares, estos eligen a senadores, profesionales en la elaboración de leyes y estos a su vez eligen entre sus miembros al primer ministro. Los ministerios son elegidos internamente y con ello garantizan un sistema de escalafón, de continuidad en los proyectos de profesionalidad y de responsabilidad, pues todos están normados por la ley. Por supuesto que no es un sistema perfecto, en el viaje anterior Fujimori, el ex presidente peruano, participó en las elecciones de distrito para evitar ser extraditado; perdió las elecciones. En el periodo anterior hubo tres primeros ministros removidos por causas de corrupción, tráfico de influencias o ineptitud y no hubo ningún sismo político, solo fueron sustituidos.

Lo que nos da como lección es que el dinero que se gasta en campañas cada periodo y lo que se les proporciona a los partidos, se usa para los servicios públicos que sean eficientes. Con esta estrategia la democracia está garantizada en una cultura de ahorro, de transparencia, pero abocada a la eficiencia de todo el sistema, sea público o privado, diseñando su desarrollo con estricto cumplimiento.


La sensación perceptiva de ver el límite de la ciudad y de ahí el bosque o de ver los ríos de aguas cristalinas, al igual que los canales de aguas pluviales o veneros, superficiales en la ciudad, para no enviarlos al drenaje y ahí peces, es impresionante verlos, nadie les hace daño, nadie los pesca y están en agua limpia.


A diferencia de la estrategia política del occidente donde nos encontramos, que ha quedado esquematizada en izquierda progresista y derecha libertaria con sus variantes de tono, centro o ultras, pero todo como una confrontación, como si ambos sistemas no pudiesen convivir. Una sociedad es más compleja que un sistema en campaña, en Oriente hay otra percepción de la sociedad de manera integral, donde se suman los esfuerzos para mejorar la época que nos toca, en lugar de los discursos de odio desde y hacia el gobierno en turno.

Lo que podemos aprender de Japón, es el trabajo colaborativo, la planeación a largo plazo, el modelo de ciudades que queremos para ser habitables y la vinculación de todas las empresas para lograrlo. Pero sobre todo el principio de economía basado en el ahorro.





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