Autor: Alejandra Palmeros Montúfar
En medio de la pandemia, la crisis económica y el camino hacia una nueva normalidad, hay mucha incertidumbre, miedo y angustia. ¿Cómo hacer frente a esta situación que nos está llevando al límite? Platicamos con la Psic. Grisel Ponce de León García, encargada del área psicopedagógica de la Universidad Gestalt de Diseño sobre este momento clave en la historia de la sociedad.
La sociedad ya venía experimentado grandes cambios, pero la llegada del COVID-19 sacudió por completo lo que conocíamos. ¿Qué es lo que observas en esta realidad?
Ante todo, el cambio es la constante: no hay certezas ni en la economía, ni en la política, ni en la educación; mucho menos en el campo de la salud. La vida y la muerte es la incógnita actual. La situación nos exige cambiar nuestra forma de estar y de experimentar nuestra realidad. La manera de relacionarnos es diferente. La distancia física también se está volviendo emocional y esto es peligroso. Está cambiado la percepción de nosotros y la del entorno. Nunca regresaremos a la "normalidad" conocida. De pronto, todo cambió: nuestras rutinas, costumbres, formas de pensar, de experimentarnos a nosotros mismos. La incertidumbre es la constante en todos los ambientes, en todas las personas, en todos los niveles.
Este cambio tan abrupto, genera miedo, angustia, frustración y estrés. Ha sido un cambio colectivo muy rápido que aún no acabamos de asimilar. Con grandes esfuerzos nos estamos adaptados a las demandas actuales porque no hay referentes de una experiencia igual.
Este fenómeno conlleva emociones y sentimientos que se viven intensamente como miedo, angustia, dolor, culpa; incluso el "no sentir" que va acompañado de frases como "no pasa nada", "todo regresará a la normalidad", "espero que ya pronto acabe" que reflejan la negación parte de un duelo colectivo.
También es muy importante saber que estamos experimentando una fatiga-cognitiva que no debemos ignorar. Es esa sensación de cansancio físico-mental que evita la eficiencia a la que estábamos habituados; ya no rendimos igual.
En menor o mayor grado, estamos en esa situación; lo observamos en nuestros cercanos…
Ninguno está exento. La adaptación a las nuevas circunstancias exige mucha energía personal, la respuesta es más lenta y pareciera menos eficiente. Así entramos en un círculo de autoexigencia dañina y de exigencia hacia los demás que descalifica e invalida nuestras acciones con expresiones como "nada de lo que hago es suficiente" o "por más que me esfuerzo no lo logro". Estos sentimientos y sensaciones se convierten en violencia de todo tipo. Es innegable que estamos viviendo una experiencia abrumadora por lo que no debemos sobre-exigirnos ni compararnos con los demás ni con nosotros mismos antes de la pandemia. No estamos en las mismas condiciones de hace unos meses; hoy ya no somos los mismos y aceptarlo duele y da miedo.
Desde que estamos en casa por la pandemia la escuela y el trabajo se ha vuelto una pesadilla ¿por qué?
Todos pensamos que al estudiar y trabajar desde casa se iban a a facilitar las tareas, que sería más cómodo, más rápido y que se ahorraría tiempo y esfuerzo, pero la realidad es totalmente diferente. Se ha diluido la línea entre el tiempo de trabajo y descanso: con un solo clic se espera una respuesta inmediata a través de cualquier dispositivo y cuando no se da la respuesta rápida, se juzga a las personas de irresponsables, incompetentes e ineficiente con la amenaza de ser corridos de su trabajos y expulsados de sus escuelas. Es difícil darse cuenta que lo que se está perdiendo es la intimidad y la libertad, generando angustia, ansiedad y en muchos casos, desesperación. Esta condición de fatiga se puede acompañar de depresión y conductas evasivas como el uso de alcohol o drogas buscando alivio emocional.
Es fácil perder el piso y el control emocional de la situación si no se sabe cómo enfrentarla ¿por dónde empezar?
Primero saber que somos parte de un gran cambio, un cambio histórico de paradigma y aceptar que la confusión en que vivimos tanto interior como social es parte de este fenómeno de transformación. Lo segundo es validar nuestros sentimientos ya que todo lo que sentimos es normal y corresponde a este momento; lo siguiente es hacer nuestro mejor esfuerzo en el cotidiano, aceptarnos como seres en transición cruzando un umbral hacia una nueva era, la "Era Tecnológica" y la "Evolución de la Consciencia Humana".
Para poder ser conscientes de esta transformación ¿qué podemos hacer?
Antes que nada, es importante hacer un alto, esto es frenar la prisa interna para descubrirnos en este proceso, re-organizarnos para responder a este momento; hablar con otras personas acerca de lo que estamos viviendo, realizar prácticas para transitar de la mejor manera y aprovechar este tiempo para transformarnos.
A través de las sesiones de Bienestar Emocional que brinda la Universidad Gestalt de Diseño ¿es posible tener un canal de ayuda?
Sí, en la Universidad abrimos un espacio para crear círculos de encuentro para compartir este momento, escucharlos, acompañarlos, brindarles técnicas y prácticas para lograr un equilibrio emocional, para ayudarles a transformar sus dificultades en oportunidades de cambio.
Las sesiones de Bienestar Emocional se llevan a cabo todos los viernes a las 17:00 horas a través de Meet y con la cuenta institucional UGD.
Para mayores informes:
Psc. Grisel Ponce de León García
gplg@ugd.edu.mx