viernes, 22 de marzo de 2013


Arquitectura Fenoménica – La arquitectura del fuego


Universidad Gestalt de Diseño

Las perspectivas para el siglo XXI en arquitectura, más allá de los retos ambientalistas y sustentables, se dan en buena manera en la Arquitectura Fenoménica, ésta se refiere a la arquitectura que está diseñada en función de los sentidos pues es el perceptor el que da significado al espacio y no la forma en sí.

La Fenomenología es la posición teórica en la arquitectura que sustituye a la axiología o teoría de los valores del siglo XIX en el Neoclásico y el Funcionalismo del siglo XX en el movimiento Moderno.
Ya en el Posmoderno se puede notar la fractura de los postulados deterministas de movimiento Moderno que con la bandera de la ética-social abandonó la arquitectura como arte, enfatizando que es el espacio interno el principal valor de la arquitectura y quita importancia al espacio externo y con ello, la necesidad de utilizar lenguajes de identidad expresiva como lo hizo la arquitectura hasta el Neoclásico.

Es en la primera etapa del Moderno cuando Le Corbusier, F.l. Wrigth o G. Rietlvel proponen el código arquitectónico, sin olvidar la relación que existe de la arquitectura con los movimientos plásticos, del Purismo, Arts and Craff y del movimiento Stijl. Lo mismo ocurre en el diseño como lo plantea Walter Gropius en las etapas subsecuentes que con gloriosas excepciones eliminan el código de la forma externa solucionándola solo con materiales sobrestructurales de moda. Es decir la propuesta del Moderno es plástica o Neo-Plástica como la llamaron ellos (los iniciadores, recuérdese que fueron también artistas plásticos)  para distanciarse del Neoclásico y al relacionar la comprobación científica propio de la época, interpretada por la tecnología más el enfoque social-igualitario, destruyó de tajo las diferencias. La creatividad propia de la disciplina proyectual se decantó por la innovación hasta llegar al absurdo.

Es en la falta de código que el Movimiento Posmoderno fundamenta su enfoque y trata de recuperarlo con la disciplina del Diseño con el manejo creativo de los códigos. Es una etapa necesaria, aunque dolorosa para muchos que ven a  la arquitectura como disciplina socialmente trascendental por considerar  una burla  la ligereza de sus postulados. Pero de lo que se trató es de hacer consciencia en la falta de compromiso que la arquitectura moderna tuvo con el entorno, hoy llamado arquitectura de paisaje.

Fenomenología y método Fenoménico:

Es Edmundo Husserl y Martín Heidegger siguiendo a Hegel, quienes desarrollan la Fenomenología como filosofía sin embargo, desde Platón (idealismo) con el idealismo de la metáfora de la cueva, expresa la imposibilidad perceptiva de observar la realidad de manera directa: solo podemos percibir los reflejos. Siguiendo esa línea filosófica Merleu-Ponty y Gastón Bachelard en Francia relacionan la fenomenología como método en la psicología y en la poesía hasta llegar a la arquitectura, es Umberto Eco, siguiendo a  Ch. S. Pierce por el tema de la semiótica, quien se interesa por hacer lecturas sobre la arquitectura que no corresponden a aquellas hechas por los historiadores especializados en ismos.
Ya en la Teoría de la arquitectura, Attilio Marcolli en la Scuola Politécnica di Design di Milano y en la Universidad Politécnica de Milán, propone la Teoría del Campo Unificado donde relaciona la geometría y la fenomenología a la arquitectura, en España es Félix Ruiz de la Puerta en su libro Arquitecturas de la memoria quien relaciona la metáfora en la pintura y la arquitectura con conceptos arquetípicos; y aquí en México, Mario Camacho Cardona en sus estudios teóricos sobre la semiótica del espacio fundamenta el método fenoménico.

Para la fenomenología la realidad es lo que sucede como fenómeno de manera natural, incluso en los objetos u artificios que en teoría no son naturales; se trata de sistemas complejos desde la ideación hasta la creación, no puede determinarse con una definición; para su estudio se trata de establecer parámetros generales donde sucede y la comprensión está en detectar las cualidades de sus partes a través de conceptos y relaciones estructurales, así como tendencias y antecedentes, dado que todo fenómeno está en un proceso evolutivo.

Si un fenómeno solo se puede definir por sus conceptos, sus estructuras o relaciones y sus tendencias; el primer punto es establecer un marco histórico, realizar una instantánea de ese fenómeno, es decir para tener una óptica más completa, se requiere plantear los antecedentes y la prospectiva; en este sentido, pueden ser pequeños cambios hacia plantear el futuro probable en el camino para conseguir utopías.

En este enfoque de la utopías es como se construye el futuro para hacer factible lo probable.
Uno de los conceptos del método fenomenológico es captar la intencionalidad del objeto percibido como reducción trascendente, entender a qué se refiere a través de la experiencia propia. Recuérdese que esa experiencia está compuesta por factores cognitivos de naturaleza propia de los seres humanos como entidades biológicas, fundamento de la Gestalthoery que estudia las constantes perceptivas y con ello, la fenomenología del pensamiento (elaboración de ideas) y la forma de procesar y ordenar datos. A partir de entonces, la experiencia socio-cultural matizada por el entorno físico y la experiencia individual desarrollada por los intereses, motivaciones y situaciones personales dan las diferencias y nos conforman como individuos.

La arquitectura como diseño lleva esta intencionalidad en sus genes y éste es el principio para una arquitectura fenoménica que esté ideada para proporcionar experiencias sensoriales que el sujeto pueda apercibir y comprender, sin necesidad de establecer previamente un código arquitectónico sino utilizar el que tenemos como entidades humanas. En otras palabras, se necesita ir al nivel intuitivo del sujeto a través de índices e íconos (Ch. S.Peirce) o a los arquetipos (C. Jung) sin usar el nivel esquemático en su interpretación para no caer en el Cliché.

Los espacio fenoménicos son retóricos aunque formalmente parezcan lo contrario; es decir, tienen relación con un concepto que articulan hasta volverlo imperceptible al entendimiento esquemático y perceptible a la creatividad. Al volver escenográfico el espacio es posible identificarlo como propio.
El espacio fenoménico es metafórico, nos lleva a otra dimensión, no tiene antecedentes más que por conceptos; por ello son propuestas novedosas, sin embargo, al ser dramático, el contacto es directo a los sentidos: no hace falta palabras para dimensionar la interacción del sujeto-objeto-contenido sígnico. Sobre todo tratándose de arquetipos.

Mario Camacho expresa que la significación se relaciona con las vivencias de los fenómenos en sí, no parte de ningún concepto connotado, sino que busca por medio de la intuición pura natural la realidad fenomenológica, por lo que el espacio significado tendrá (bajo la reflexión fenomenológica) sus propios contenidos esenciales, que no serán influenciados por ninguna otra área del conocimiento. Y concluye: La fenomenología de las vivencias espaciales no se debe analizar por medio de traspasos gramaticales. (Camacho:2006)

Es ahí donde radica la dificultad en el análisis de la arquitectura fenoménica, pues se trata de propuestas dentro de un marco de conceptos que lo único que puede establecerse como grupo reconocible diferente a los ismos del arte, es la intencionalidad del diseño hacia los sentidos. Esto no quiere decir en sentido ontológico que toda arquitectura no esté hecha para los sentidos como resultado objetual, pero sí la intencionalidad del diseño.

Félix Ruiz de la Puerta desarrolla la teoría sobre la memoria colectiva (arquetipos) de corte fenoménico estableciendo que la memoria no solo puede ser del pasado, sino del futuro en la medida que establecemos el significado iconográfico del futuro a través de la imaginación. Este acto cognitivo de visualizar con la imaginación es el mismo que los escenógrafos realizan para elaborar lugares que no existen, sobre todo en películas de ciencia ficción tomando piezas que por los encuadres no se ven en su dimensión real, pero en su conjunto crean sitios imaginarios con sentido del diseño. De la misma manera se van recolectando piezas de diferentes fuentes por impresiones para tener esa memoria del futuro, recopilando datos que de alguna manera integran las ideas que tenemos sobre el futuro.

“Se entra en contacto con la cotidianidad, no captando la materialidad de los entes o fenómenos que lo integran, sino percibiendo el no-ser de los mismos. Dicho de manera poética, se llega a la esencia de las cosas penetrando en el mundo de las sombras”.(Ruiz de la Puerta: 2009)

Se atribuye a los filósofos presocráticos la elaboración de la teoría de los cuatro elementos como los llamó Aristóteles agregándole el quinto elemento que es el espacio como éter. Cada uno enfatizaba sobre el resto el origen de las cosas: la tierra para Jenófanes, el agua para Tales de Mileto, el aire para Anaxímenes y el fuego (Apeiron para Anaximandro y fuego para Heráclido, pero en sentido metafórico). Empédocles junta los cuatro raíces como conjunto y origen de todas las cosas y establece una teoría de los contrarios, donde la constante es el equilibrio y el movimiento, el caos y el orden (armonía). De los cuatro elementos, desarrollaremos primero con la interpretación fenoménica: el fuego

Arquitectura del fuego

El fuego y la arquitectura están ligados desde la antigüedad con la cueva como primer refugio y después, los artificios de cuevas portátiles como son las tiendas de los indios americanos o los mongoles nómadas en las estepas asiáticas. En ambos casos, la forma arquitectónica cónica, además de su geometría óptima estructural de crear una trama circular está determinada por el fuego en el centro y su función como chimenea.

En el desarrollo evolutivo histórico de la arquitectura, primero con las cabañas de madera y después de piedra, el fuego pasa del centro de la casa hacia el fondo extremo de la entrada, en el hogar o, como en caso de las cabañas mexicanas indígenas, la cocina se construye aparte para que el humo que sirve para conservar alimentos no contamine la casa para dormir.

Al paso se va especializando el uso del fuego en la arquitectura, para calefacción, para cocina hasta llegarse a transformar tecnológicamente del fuego de leña al carbón, después al petróleo, al gas, a los sistemas eléctricos y ahora, a los sistemas electrónicos. El fuego en si queda reservado solo a los ámbitos de diseño.

Uno de estos ejemplos es la arquitectura del humo de Yago Bonet Correa que entra en esta definición  de arquitectura fenoménica del fuego. Él desarrolla una investigación partiendo en las casas campestres de la zona de Galicia y Portugal (Casas do Fume), pasando por la Edad Media y Renacimiento hasta llegar a la interpretación moderna del espacio del humo como eje rector de la conformación o partido (partitión) arquitectónica: que es el Hall  como evolución del espacio central del humo que se traduce con el lucernario en el espacio de la entrada donde el humo se transforma en umor y como modelo, lo aplica en la lectura  de la casa Pías, en Montouro, Campostela (1982) de César Portela y la casa Azúl del Barrocal en Manzanares el Real, Madrid (1989) de su autoría.

En la casa Xolostla (2010) (fig. 3.1)diseñé esta obra en función del sistema de calefacción recuperando la teatralidad del fuego, el olor al humo de la leña y en los alimentos en la parrilla de la terraza, así como en el horno para pan que a la vez, por su ubicación al centro de la casa, funciona también de calefacción y secado del vestidor. Xalapa tiene un alto grado de humedad (70%) y el frío es inclemente para esta zona semi-tropical, pero ya en la altura de montaña, por lo que el tema de la calefacción es imprescindible, pero desde el punto de vista fenoménico, se trata de recuperar con la conformación del espacio contemporáneo los arquetipos del fuego.

En nuestro trabajo de investigación, la arquitectura de la luz, se trata el diseño arquitectónico en función de los efectos luminosos como efectos teatrales y de corte bioclimático y sustentable. La relación con el fuego es arquetípica y fenoménica, ya que lo que se llama luz, es producto natural de la combustión del hidrógeno del sol y de manera artificial, en la iluminación con electricidad.

El efecto fenoménico de la luz en la arquitectura es esencial para percibir el espacio pues somos entidades biológicas que reaccionamos a la luz y es por los ojos que transita la principal fuente de información.

Desde el punto de vista de Teoría de la Forma  (Gestaltheory) la luz destruye la forma, la hace evanescente como lo expresa Brahim Bautista en su tesis de investigación pictórica y arquitectónica. (UGD:2003)

En la tesis de doctorado (2002) dediqué un capítulo al lenguaje de la arquitectura de la luz, haciendo referencia a 27 conceptos que estructurados, solo explicaré aquellos aplicados a la casa Xolostla diseñada como arquitectura de la luz.

La bóveda tiene cañones de luz que son deflectores que dirigen la iluminación de manera puntual, esto produce el efecto fenoménico de amplitud espacial, pues la luz se desliza por toda la superficie (fig. 3.2).

Las trampas de luz en las recámaras y vestidor deflectan la luz que viene del poniente (fig. 3.3); es una luz cálida amarillenta, facilitando una siesta placentera en la tarde. En el caso de la trampa al fondo del vestidor, el efecto luminoso  amplia el espacio.

El efecto traslúcido en el vestíbulo además de crearle un ambiente de privacidad lo amplia al ser pequeño. Los deflectores traslúcidos en los aleros le provocan un efecto que disipa la alta luminosidad que hay en México.

El efecto más teatral se produce con los domos sobre la chimenea: la forma geométrica sólida se desvanece al producirse reflecciones sobre la materia.

Conclusión

El proyecto de investigación de la arquitectura fenoménica puede analizarse bajo dos esquemas. El primero en la historicidad de la herencia directa del movimiento del método fenoménico, dado que Attilio Marcolli, profesor en la Scuola Politécnica de Milano, Italia y tutor en la tesis de doctorado en arquitectura. El contribuyó al desarrollo sustancial en mi formación teórica, al igual que Félix Ruiz de la Puerta de la UPM a quien le dedico este pequeño ensayo.

El segundo esquema corresponde a la experimentación por más de 30 años del método iconográfico como propuesta constructivista, que ha permitido fundar una escuela de arquitectura, hoy Universidad Gestalt de Diseño donde se pueden romper las barreras esquemáticas entre todas las disciplinas del diseño para establecer un único lenguaje universal y una multiplicidad de propuestas creativas con este enfoque.

Nos complace participar en la fundación del Basemet Instituto de Arquitectura y en la primera edición de la revista digital donde podremos seguir contribuyendo a la teoría de la arquitectura bajo este enfoque de arquitecturas fenoménicas.

Xalapa Ver. 2013

Bibliografía:

Bonet, Correa, Yago (1994). La arquitectura del humo, España: Do Castro A Coruña
Ruiz de la Puerta, Félix  (2009). Arquitecturas de la Memoria” Madrid: Akal
Camacho Cardona, Mario (2006). Espacio Sémico, Ecuador: Universidad Técnica Particular de Loja
Eco, Umberto (1989). La struttura assente, Milan: Bompiani
Bachelar, Gastón (1997). El derecho a soñar México: FCE
Plummer, Henry (2009). Arquitectura de la luz, España: Blume
Marcolli, Atilio (1991). Teoría del campo 1 y 2, Italia: Sansoni

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