lunes, 9 de octubre de 2023

Hablemos de la dependencia emocional


Autor: Psc. Mariana Dávila Gorbea
Ilustraciones: Verónica Blanco

La dependencia se define como “la necesidad de ayuda o asistencia importante para poder realizar las actividades de la vida cotidiana” usualmente como consecuencia de la pérdida de autonomía física, psíquica o intelectual, sensorial o mixta, necesita asistencia y/o ayuda para poder llevar a cabo las actividades de la vida diaria y el cuidado personal.

Por su parte, la dependencia emocional es un estado psicológico aún más complejo. Resulta de una serie repetitiva y prolongada de acciones, asociada con sentimientos y pensamientos inconscientes o conscientes ignorados por una perfecta porción de dopamina. La persona con dependencia emocional termina sintiendo incapacidad de romper los “lazos afectivos” que lo une a la otra parte inestable, destructiva y desequilibrada. Aquí, el otro fragmento o persona simboliza un elemento indispensable que causa un desequilibrio social, mental y hasta de salud física.



Este trastorno se manifiesta a través de las relaciones con los demás y con uno mismo. Por lo general se relaciona con la pareja, amistades y familia.

La dependencia emocional, como en todas las adicciones, puede generar un síndrome de abstinencia originado principalmente por el miedo profundo a la soledad, el miedo a salir de una zona que se reconocía de un supuesto confort, causando estados de ansiedad, pensamientos obsesivos y depresión.



Estas conductas pueden llegar a desaparecer si el tipo de relación se reinicia o, en muchos casos, se llena el vacío con otra cosa que bien podría ser igual o peor. Lamentablemente, esto es seguir con el patrón de conducta.

Algunas características de la persona dependiente son:
  • Falta de autoestima.
  • Estados de ánimo negativos.
  • Miedo a la soledad.
  • Filofobia (miedo a amar).
  • Auto anulación.
  • Comportamientos para agradar siempre a la otra persona.
  • Colocar la relación en primer lugar de todo.
  • Constante necesidad de atención de la otra persona.
  • Facilidad de aislarse de su entorno para mantener la relación.
  • Sentimiento de inferioridad a la otra persona.
  • Falta de habilidades de comunicación.

La necesidad social de una persona con esta condición se ve reforzada, por el miedo al rechazo, a no ser querida, valorada o admirada. Su percepción es que ha de ser completa y emocionalmente dependientes de otros (como la pareja, amistades o familia) para sentirse en bienestar.

Si te encuentras en esta situación es importante descubrir cuál es la razón de tu dependencia y trabajar en romper estos patrones de conducta.

En el Departamento de psicopedagogía Bienestar Emocional Universidad Gestalt de Diseño te podemos guiar en tu proceso.

Agenda tu cita al 55 75 62 20 19 o por correo electrónico: mdg@ugd.edu.mx


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