Por Mariana Dávila Gorbea
Ilustraciones: Giselle Herrera (@RedVelvetCu)
Procrastinación... ¿qué es?
En pocas palabras…
Dejar para mañana lo que se debería haber hecho hoy.
Y no solo hablo de tus pendientes académicos. Procrastinar también se ve como:
- Aplazar tu consulta al médico porque es un "simple dolor".
- No tener esa plática incómoda.
- Levantarse temprano para avanzar con un pendiente, pero comienzas a hacer café, a cocinar, a limpiar y otras tareas domésticas.
- Aplazar el comienzo de tu tesis cada mes.
- Tener que reclamar una indemnización y nunca animarse a ir porque el lugar “queda muy lejos”.
- Querer poner tu propio negocio, pero siempre pensar que no es el momento adecuado.
- Desear tomar clases de baile, pero no hacerlo, poniendo excusas.
- No hablarle a tu crush por miedo a que te rechace
- No inscribirte a una competencia por temor y esperar a la siguiente convocatoria.
Entonces, si procrastinar no es sólo sinónimo de cultivar el fruto de gallina, ¿entonces… qué es?
Te lo explico:
¿Y qué es esto?
Es una manera en que nuestra psique nos defiende ante algo, como cuando vemos que algún objeto se aproxima y nos cubrimos para evitar el impacto directo, o cuando lo esquivamos algo con lo que podemos tropezar en el camino. La mente nos protege, evitando algo que pienso y siento que no me va a gustar o me produce un malestar.
Es fundamental que conozcas el origen de esta situación de tal manera que puedas abordarlo y resolverlo. Muchas veces el no ponerlo gráficamente (es decir, ponerlo en papel), no te permite visualizar. Sería como jugar sin tablero, (y claro que esto también es posible, pero con la práctica y ...lo dejaremos para otro momento), la idea es que identifiques qué es lo que genera tu procrastinación para actuar.
La mayoría de las veces, lo que nos detiene son ideas, pensamientos, escenarios, que no son existentes en ese momento y se tornan en barreras mentales, haciendo que físicamente ni nos movamos.
Como les digo a mis pacientes:
Por eso es fundamental que identifiques que estás postergando y por qué razón lo estás postergando para no crear ese modo que después resulte un poco más complicado de modificar.
Piensa sobre el hábito de la procrastinación. Recuerda que un rato de relax está bien, pero, al cabo de un tiempo... te sientes mal y ansioso… ya no disfrutas ni descansar por estar pensando en los pendientes y ni haces los pendientes por estar cansado de pensar y quieres descansar. Es un ciclo interminable: después te sientes culpable, luego incapaz, sin motivación y esto en muchos casos se somatizan en insomnio, hipersomnio, ansiedad e inclusive suele llegar a la ideaciones más drásticas.
Si estás atrapado en este bucle, estos tips te pueden funcionar:
- Elabora una lista de prioridades
- Utiliza un código de color para identificar calidad urgente, media y baja y así sea más fácil identificarlas.
- Mentalizate haciendo las actividades de urgencia
- Pregúntate:
- ¿Qué emoción me provoca?
- ¿Qué me está deteniendo?
- ¿Por qué me provoca esta sensación?
- ¿Con que lo estoy relacionando?
- Lo que imagino que pasará ¿realmente está pasando? - Deja que tu cerebro descanse por cada hora de trabajo; dale de 5 a 10 min de relax.
- Comienza con 5 minutos, tras estos 5 minutos, si deseas continuar prosigue. Si no, pasa a la segunda actividad de la lista. Si aún persiste la sensación, repite el cuestionario.
- Compénsate y reconoce tus avances.
Por ello, es importante que, si has identificado alguna causa difícil de lidiar, acudas al departamento de Bienestar Emocional de la Universidad Gestalt de Diseño o a un profesional de la psicología para que evalúe tu caso de forma personalizada.
Con gusto estaré para atenderte
Departamento de psicopedagogía
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